En el caso de haberse cumplido al cien por cien el contenido de las famosas leyes de la herencia o mendelianas, establecidas por el religioso agustino Gregor Mendel, considerado el padre de la genética, esas plantas surgidas de un tipo de Arabidopsis mutante y deforme deberían haber mostrado esas mismas mutaciones.
Al padre de la genética se le ocurrió a mediados del siglo XIX cruzar variedades o razas puras de una misma especie de guisantes y observar el modo de transmisión de los caracteres en las sucesivas generaciones y sintetizar sus conclusiones en tres leyes de la herencia que llevan su nombre.
En su próximo número del día 24, la revista 'Nature' publica un artículo sobre la investigación de un equipo de científicos en Estados Unidos, de la Universidad Purdue (Indiana), que ha demostrado que no siempre funcionan esas leyes de Mendel, tal como comprobaron tras experimentar con la planta Arabidopsis.
Esta planta es el primer vegetal del que se ha secuenciado su genoma completo y se utiliza habitualmente de referencia en estudios de biología celular y molecular de plantas.
Los resultados de los experimentos de ese equipo de científicos desvelan que al contrario de las leyes de Mendel aceptadas durante más de cien años por la comunidad científica, algunas plantas retoman las características normales de sus 'abuelos' mientras que eluden las anormalidades genéticas que presentan sus 'padres' o la generación anterior.
Aparentemente estas plantas 'hijas' habrían ocultado la información genética de la generación anterior, que pudo ser transferida a sus descendientes, concluyen los investigadores.
'Esto significa que la condición de herencia puede darse con más flexibilidad de lo que se pensaba en el pasado', dijo Robert Pruit, genético molecular del Departamento de Purdue de Botánica y Patología de plantas.
'Si ese mecanismo de herencia que se halla en la planta con la que se investigó se diera en animales también sería posible la apertura de una vía con terapia genética para tratar o curar enfermedades tanto en plantas como en animales', añadió.
Pruitt y su colaboradora Susan Lolle descubrieron que la Arabidopsis con la que se trabajó, con la particularidad de que cada una de las plantas 'padre' o progenitora tenía dos copias de un gen mutante, creaba progenie libre de las deformidades derivadas de esa condición y por tanto normal, semejante a las plantas 'abuelas'.
En el caso de la Arabidopsis mutante que cuenta con dos copias de genes alterados, después de la correspondiente plantación de sus semillas, el 90 por ciento de su descendencia se asemeja a los progenitores, mientras que el 10 por ciento se parece a 'la generación abuela', insiste Pruitt.
Hasta el momento, añadió, 'nuestra formación y educación genética nos decía que eso era imposible. Por ello, este descubrimiento supone un desafío a todo lo creído hasta ahora' y que se enseña en colegios de todo el mundo.
Para su experimento, los científicos mantuvieron las plantas aisladas de modo que no pudieran casualmente cruzarse con otras que carecían de genes mutantes.
Se usaron marcadores moleculares, es decir, partes de ADN que contribuyen a identificar y localizar genes en organismos, para determinar así si una planta llevaba copias de los genes normales o mutantes.
'Algún tipo de secuencia de información genética que no comprendemos realmente todavía está modificando los rasgos heredados', añadió Pruitt.
miércoles, 8 de abril de 2009
Las plantas desafían las centenarias leyes de Mendel de herencia
La evolución de las plantas es un desafío a las centenarias leyes de Mendel, según un estudio con la especie Arabidopsis que ha desvelado que el diez por ciento de la progenie de esas plantas mutantes con alguna disfunción genética carece de la misma y se parece a la generación anterior a la de sus progenitores.
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